-A mí no me importa lo que digas. No estoy aquí para escucharte…
-¿Pero sos mi psicóloga?
-Eso es verdad. Pero escuchate vos. Escuchate…
- Pronto pasará todo. El enjambre en el que estás se disipará. Después de eso vendrá un tiempo de paz, de liberación…
- Siento que estoy atrapado en algo. En una película de terror o de suspenso…
- Eso es normal. No te está pasando nada.
- El tipo del bar me llama la atención. Tiene pinta de conferencista trucho.
- No te vayas de tu centro de atención. Fijate en lo que decis…
- Una mina habla por celular. Se asoma, me mira y sigue hablando…
- Es al pedo, seguís yéndote.
- La cosa es concentrarme sin mirar hacia los costados. El que tiene las manos puestas en el arado, no mira para atrás; dijo mi padre citando al mismísimo Cristo.
- Pero, ¿ sufrió?
- Sí.
- ¿Y?
- Y recién me doy cuenta ahora, 22 años después. Lo bueno es que si estoy solo, nadie me va a afectar.
- No es bueno que el hombre esté solo.
- Dame tu costilla.
- La soledad es un amigo que no está. No podemos salvarnos solos.
- Yo puedo. Yo sí puedo. Puede el que quiere. Poder es querer. Querer es poder.
- ¡Mirá quien vino!
martes, 24 de mayo de 2011
Suscribirse a:
Entradas (Atom)